jueves, 19 de enero de 2012

El hiperpresidencialismo en Colombia: Presidente sin Estado

Una vez comenzando el semestre en alguna clase el profesor me pregunto que elegiría para el gobierno de nuestro país; un rey bondadoso que nos rija con sabiduría?, o una democracia en donde todos y cada uno de los ciudadanos participen, así sea que esta democracia elija al peor representante y sea algo corrupto y poco virtuoso en su desarrollo y aplicación de plan de gobierno.
Yo propuse que prefería una democracia porque por lo menos sabríamos que la decisión que se tomo y el representante que se escogió, fue la decisión de todo un país, y tal vez si este gobernante desempeña mal sus funciones, sabríamos que fuimos nosotros los que le dimos este poder; tal vez fue una mala o buena decisión, pero fue nuestra decisión.
Comenzamos entonces definiendo monarquía, que como sabemos, esta encabezada por un rey y que en este se concentra todo el poder, político, religioso, militar etc. También es importante definir el concepto de república, y su característica principal es la descentralización del poder dividida en 3 ramas de poder, cada una de estas independiente, cumpliendo con unas funciones especiales, pero con la característica también de que cada una de estas ramas depende de las otras, para su correcto funcionamiento.
Esto se conoce mejor como “cheks and balances” que en latín esta expresado como trias política esto es la tridivision de poder, que esta complementada por la consagración constitucional de los derechos fundamentales, y esto es una característica del estado social de derecho que se supone somos.
En teoría al parecer la república suena hermosa, porque tiene democracia, su poder esta dividido, por lo tanto se esperaría no haya corrupción como la habría en cabeza de una sola persona o rey, pero en la practica y específicamente en Colombia, parece que la aplicación de esta teoría por decirlo así,  se ha quedado solo en la teoría, porque cada día mas se va perdiendo la independencia de cada una de estas ramas, y parecen estar encabezadas por una sola persona, que hasta parece fuera un “rey” en plena democracia o estado social de derecho, elegido por nosotros mismos y que para muchos es una figura casi divina, porque la mayoría de los medios de comunicación manejan los criterios y el pensamiento de las personas, y esto lamentablemente impide el uso lógico y critico de sus ideas y de su moral.
En Latinoamérica esta situación parece estar de moda, porque considero, en nuestro continente están las características y el entorno social para que este hiperpresidencialismo sea cada vez mas común. Como lo mencionan muchas personas, y como a simple vista parece coherente, Latinoamérica es una mezcla cultural que ha parado en lo que somos ahora una comunidad sin identidad en la mayoría de los casos, obviamente hay personas con demasiado sentido de pertenencia por su país y su cultura, pero en su mayoría Latinoamérica tiene un conflicto de identidad, personalidad y cultura, en donde estamos divididos en personas que se creen ingleses, norteamericanos y mexicanos, como lo dice William Ospina en el libro “La franja amarilla” y como lo menciona también Jaime Garzón en una de sus tantas excelentes conferencias.
El hiperpresidencialismo tiene como característica que el poder ejecutivo tenga mayor importancia sobre los otros dos poderes, además el presidente aparte de tener mayor poder sobre estos tres poderes, también puede decidir e influenciar sobre ellos, generando así una desequilibrio del poder.
Casi que hemos involucionado, y estamos de nuevo en una monarquía, solo que con la diferencia de que se supone existe una democracia, hay métodos de participación ciudadana como el voto, revocatoria de mandato, consulta popular, plebiscito, referendo, cabildo abierto etc. Pero solo existen de manera metafórica por decirlo así, porque en la aplicación la opinión ciudadana, de los pocos que opinan y se atreven a participar es inservible, por ejemplo, para nadie es un secreto que el voto que es una forma de expresión ciudadana, una forma de manifestación, de conformidad e inconformidad con un candidato político por ejemplo, el cual se elige por su plan de gobierno y unas características especificas, este voto y este rito de votación es una obra teatral, porque desde mucho antes de que los ciudadanos entren a las urnas, ya se a elegido o mejor dicho, se ha puesto un nuevo gobernante internamente, sin tener en cuenta la opinión publica.
También la mayoría de instituciones publicas y de regulación de poder están creadas solo porque deben existir, porque su opinión y su trabajo no esta siendo considerado, ni se esta teniendo en cuenta para el desarrollo del país, todo esto porque las decisiones ya están tomadas por un “presidente” que se escuda bajo la supuesta existencia de un estado social de derecho o de una democracia.
La constitución de 1991  puso limites al presidencialismo, debido a que se pensó en la idea de la descentralización del poder, después de la época violenta de los 80, pero por desgracia con el paso de los años esta constitución ha sido sometida a diferentes modificaciones, y no precisamente para la limitación del poder o para una regulación del poder, sino que por el contrario esta constitución sea mas flexible y de esta manera pierda su espíritu y su cumplimiento real.
Una de las tantas modificaciones que muestran el hiperpresidencialismo, que existió con el presidente anterior fue la modificación para la reelección, que fue promovida por el mismo para su propio beneficio, y alargando así su tiempo de gobierno que fue de 8 años, afortunadamente no fueron mas.
Muchos creen que la reelección no es buena ni mala, porque un gobernante que haya gobernado bien, merece ser reelegido para que siga cumpliendo bien su función. Yo en cambio estoy en desacuerdo con este punto de vista, porque considero el poder debe estar en constante cambio y para cualquier gobernante, por bueno que sea, creo no debe superar los 4 años de gobierno, porque el poder debe oxigenarse continuamente como lo mencionan muchos expertos sobre el tema y con los que estoy de acuerdo, porque se deben realizar nuevas propuestas de mejoramiento y de desarrollo social para el país.
“No poner todos los huevos en la misma canasta” es una expresión popular y por cierto sabia para mostrar desacuerdo con la concentración del poder en una sola persona, ya que como he insinuado anteriormente se corre con el riesgo de perderlo todo y no ganar nada, y esto no parece una dinámica lógica en lo que se supone es un estado democrático.
Algo que a lo largo de la historia se puede ver es que “Colombia cree que en los momentos de crisis, debe entregarle todo a una sola persona”. ¿Que se debe hacer ante esta situación, como actuar? Esta frase muy acertada por cierto, nos recalca que no hay muchos actores sociales organizados en Colombia como para marcar una diferencia, y salgan de esa humillación y sumisión, esta frase también me invita a ser una de las pocas personas en este país que se atreven a pensar y a tener un pensamiento diferente sobre nuestra situación actual, y también a darme cuenta que desde cualquier posición, ya sea como estudiante, obrero, campesino, maestro, policía etc. Se puede empezar a generar un cambio de impacto social para el bienestar de nosotros y de nuestras futuras generaciones, y que no corran con la desgracia de tener un país que se haya devuelto unas cuantas décadas atrás para gobernar, en lugar de generar evolución y desarrollo en la política y sistemas de gobierno, que sean mas incluyentes, mas sabias y menos corruptas.
Finalmente se genera una cuestión después de todo, ¿Quién esta en capacidad de hacer el cambio y la creación de democracia? Estará en manos de un nuevo gobernante elegido solo por su apariencia física? Estará en manos de las ramas del poder que al parecer están bajo el mando de una sola persona? La respuesta a esto considero, es que el cambio solo depende del pueblo, de “nosotros” depende de mi participación como sujeto autónomo y con sentido critico.
Solo hasta que no nos quitemos la venda de los ojos, no nos daremos cuenta que el cambio depende de nosotros y esta en nuestras manos. Solo depende de "nosotros", no de "el", que exista una democracia real, generando cultura política y utilización de la razón.

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